En el Día del Papa de 1998

Mis queridos hermanos y amigos:

Si hay una frase en el Concilio Vaticano II en la que se exprese uno de los aspectos más esenciales del oficio y ministerio del Papa en la Iglesia con mayor precisión doctrinal es aquella en la que se dice textualmente: «El Romano Pontífice, como Sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles» (LG 23). Sigue leyendo