La renovación de la Vida Consagrada

Mis queridos hermanos y amigos:

«La vida consagrada» no es un lujo para la Iglesia, sino que está inserta en la entraña misma de su Misterio como Esposa de Cristo y de «pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo» (LG, 4). el Concilio Vaticano II disipaba muchas dudas y despejaba muchos interrogantes sobre el sentido de la profesión de los llamados «consejos evangélicos» de castidad, pobreza y obediencia en la vida y la misión de la Iglesia con el conocidísimo y ya famoso texto de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia «Lumen Gentium» en el que se afirma: Sigue leyendo