Oremos por la paz al Señor resucitado

Mis queridos hermanos y amigos:

La tragedia del conflicto bélico en los Balcanes prosigue: cruel, sangrienta, como una siembra tenebrosa de muerte, devastación y sufrimientos incontables. La masiva huida de la población kosovar, amenazada de expulsión de su tierra y hogar desde hace ya años, y, ahora, de muerte y de eliminación física por la actuación de las autoridades serbias, se ha convertido en una inmensa riada de centenares de miles de refugiados que buscan en los países limítrofes acogida y las ayudas más elementales para subsistir. Sigue leyendo