Vivir en la iglesia la presencia de Dios

Para ofrecer a Cristo a los hombres y a la sociedad de nuestro tiempo

Mis queridos hermanos y amigos:

Nuestro III Sínodo Diocesano ha acertado a la hora de ir concretando las condiciones para poder acoger y vivir el don de la fe como un impulso nuevo cuando después de afirmar la necesidad de avivar nuestra conciencia de bautizados y de intensificar nuestra conciencia de pertenecer a la Iglesia, urge “vivir en la Iglesia la presencia de Dios”; pues la fe o se alimenta de la presencia de Dios en la vida del creyente o languidece y muere. Sigue leyendo