Carta Pastoral en el Día Nacional del Apostolado Seglar y de la Acción Católica

«No he venido a ser servido, sino a servir»

(Mt 20, 28)

Sábado, 22 de mayo de 2010

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

Un año más, la Solemnidad de Pentecostés nos invita a reflexionar acerca del Apostolado de los seglares y de su inestimable ayuda a nuestro ministerio apostólico. Este año, además, se nos brinda la ocasión de hacerlo teniendo como telón de fondo el final del Año Sacerdotal convocado por Su Santidad Benedicto XVI en el dies natalis de S. Juan María Vianney, el santo cura de Ars, que será clausurado con la próxima Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Tenemos que estar agradecidos a Dios por tantos frutos recogidos. Sigue leyendo

Homilía en la Solemnidad de San Isidro Labrador Patrono de la Archidiócesis de Madrid

Colegiata de San Isidro; 15.V.2010; 11’00 horas

(He 4,32-35; Sal 1,1-2.3.4 y 6; Sant 5,7-8.11.16-17; Jn 15,1-7)

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:

1. La Festividad de nuestro Patrono San Isidro Labrador, Patrono de la Villa de Madrid y de los agricultores de todo el mundo, nos acerca de nuevo a una de las fuentes principales de la piedad cristiana que modeló la forma de creer y de vivir cristianamente de los madrileños del segundo milenio de su historia espiritual y religiosa; más aún, que imprimió un inequívoco sello cristiano a costumbres, tradiciones populares, expresiones culturales, formas de vida e ideales morales y humanos del pueblo de Madrid hasta hoy mismo. Sigue leyendo

La Palabra de la Verdad en el apasionado y apasionante mundo de la Comunicación Social

Mis queridos hermanos y amigos:

El próximo Domingo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, lo celebra y vive pastoralmente la Iglesia también como “la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales”, la XLIV después del Concilio Vaticano II, que la instauró en el Decreto “Inter Mirifica”, aprobado el 4 de diciembre de 1963. De vertiginosa se puede calificar la evolución tecnológica de los medios de comunicación social desde esa fecha hasta hoy día. El desarrollo de la televisión y la aparición del “mundo digital” son sus signos más inequívocos. La influencia socio-política, cultural, e incluso, la espiritual y religiosa, que han ejercido estos medios de inter-comunicación de personas, de sociedades y de comunidades culturales y políticas en el hombre contemporáneo y en la configuración actual de la humanidad, no ha dejado de crecer con semejante intensidad en sus efectos. Positivos, desde muchos puntos de vista, para estrechar más viva y directamente los lazos que nos unen en la comunidad universal de los pueblos y naciones de la tierra, que debe asentarse más y más sobre los fundamentos éticos de una paz y para una paz verdadera. Pero negativos e, incluso, destructivos, desde otros puntos de vista, al ponerse demasiado frecuentemente al servicio de procesos sociales y culturales profundamente degradantes de la dignidad del ser humano. Sigue leyendo

Homilía en la Eucaristía de Clausura del VIII Congreso europeo de Migraciones, organizado por el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas

Catedral de Málaga, 1 de mayo de 2010; 13’00 horas

(Gén 1,26-2,3; Sal 89,2.3-4.12-13.14 y 16; Mt 13,54-58)

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:

1. Concluye con esta solemne celebración eucarística en la Santa Iglesia Catedral de Málaga el VIII Congreso europeo de Migraciones, organizado por el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas. Es para nosotros, los Obispos españoles, y para la Conferencia Episcopal Española, un motivo de gozo pastoral, compartido con los Episcopados europeos, el poder haber ofrecido con espíritu de fraternidad colegial y de comunión eclesial, junto con la Diócesis de Málaga y su Pastor, nuestros servicios técnicos y nuestra acogida cordial para la celebración de un encuentro de todos los que en las Conferencias Episcopales europeas con generosa disponibilidad pastoral y espíritu apostólico se ocupan de abrir los cauces de la caridad de Cristo a esa –ya multitud– de hermanos nuestros, los emigrantes, que vienen a buscar en los Estados de la Unión Europea condiciones económicas, sociales, jurídicas y políticas para lograr que su v ida y de la de sus familias se desenvuelvan con aquel mínimun de bienestar que es propio de la dignidad humana. Condiciones más propicias que las que se dan en sus países de procedencia. El problema del tratamiento pastoral de la emigración se nos plantea, además, sobre todo desde la apertura de fronteras entre los países de la Unión Europea, como un problema interno de la sociedad y de la Iglesia en Europa. Nuestra experiencia −la experiencia española− en el pasado y en el presente nos hace especialmente sensibles al gran reto pastoral que significa esa llegada de numerosos emigrantes a nuestros pueblos y ciudades para una fiel y plena concepción del Mandato Nuevo del amor fraterno y para su realización coherente y perseverante. España ha abierto el capítulo del descubrimiento y evangelización de la América hermana; los españoles hemos emigrado a los países y naciones que la componen después de su independencia; nos hemos visto, obligados por las circunstancias, a emigrar a los países de la Europa de la postguerra y del “milagro económico”… Recibimos, ahora, flujos abundantes de emigrantes procedentes de los cinco Continentes. En América, Europa y África, sobre todo, se encuentran sus lugares de origen. El pueblo y la Iglesia en Andalucía, –¡esta hermosa tierra de España!,– son poseedoras de una cultura de la emigración hondamente arraigada en una historia milenaria de crisol de gentes, de estilos de vida, de espíritus emprendedores y de fino sentido de la hospitalidad. Una historia que se va configurando, inspirada en la máxima paulina del “caritas Christi urget nos” –de “el amor de Cristo nos urge”–, cada vez más pronunciadamente como cristiana. Sigue leyendo