LA FAMILIA DE NAZARET. La verdad y el gozo de la familia cristiana

Madrid, 26 diciembre 2010

LA FAMILIA DE NAZARET

La verdad y el gozo de la familia cristiana

Mis queridos hermanos y amigos:

Ayer celebrábamos con gozoso júbilo el Misterio de la Natividad del Señor. La Iglesia entera, presidida en la caridad por el Sucesor de Pedro, el Obispo de Roma y Pastor la Iglesia Universal, mostraba ante el mundo la verdad salvadora de que el Hijo de Dios ha nacido para salvar al mundo de la gran desgracia de la muerte -de la muerte eterna y del la muerte temporal-, devolviéndole con medida rebosante la gracia de la vida en el tiempo y en la eternidad. Muerte, dolor y pecado constituyen una relación de realidades en la experiencia del hombre y en la configuración de la existencia del ser humano que le ha apresado y puede seguir apresándole para su frustración y fracaso final. Vida, misericordia y gracia son la trilogía de los dones recibidos por el hombre en la historia de su apertura a Dios y que le han sido y continúan siéndole ofrecidos por su amor infinitamente condescendiente y paternal para que puede realizarse en plenitud y alcanzar la felicidad y la gloria sin fin. Sigue leyendo

Felicitación del Cardenal a los Misioneros

Madrid, 18 de diciembre de 2010

Mis queridos misioneros y misioneras:

Estamos ya a las puertas de la Navidad, de la gozosa celebración del Nacimiento del Hijo de Dios, concebido en el seno de Santa María Virgen por obra del Espíritu Santo, que viene a salvarnos. ¡Él es la Salvación! No hay mayor motivo de alegría, de alegría desbordante, que la venida del Señor a nuestro mundo, a nuestra casa, a cada uno de nosotros, y por eso abrimos de par en par nuestro corazón para acogerle a Él, y en Él se realiza el milagro de nuestra unidad, en un abrazo verdadero que llega hasta los últimos confines de la tierra. Por muchos que sean los kilómetros que nos separan, en Jesús estamos unidos, formamos un solo cuerpo, siempre, y de modo especialísimo, ciertamente, estos días de la Navidad. Sigue leyendo

Homilía en la Vigilia de “La Inmaculada” Solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen

Catedral de La Almudena, 7.XII.2010, 21’00 horas

(Gén 3,9-15.20; Sal 97; Ef 1,3-6.11-12; Lc 1,26-38)

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:

1. Celebramos de nuevo la Solemnidad de La Inmaculada Concepción de Santa María Virgen en pleno tiempo de Adviento, a la espera de la venida del Señor en la humildad de nuestra carne. El Misterio de la Concepción Inmaculada de María está profundamente relacionado con su vocación para ser Madre del Hijo unigénito de Dios. La carne y la sangre de ese Hijo eterno de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, será la suya. ¡La carne y la sangre de Jesús son de María! La íntima unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el mismo instante en que ella es concebida en el vientre de su madre. “La Santísima Virgen, predestinada desde la eternidad como Madre de Dios junto con la encarnación del Verbo de Dios por decisión de la divina Providencia” (LG 61), había sido “preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano” (Pío IX, Bula “Ineffabilis Deus. 1854). Sigue leyendo

La Inmaculada Concepción de María Su verdad y su actualidad

La Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María es una Fiesta de la Iglesia Universal y muy especialmente una Fiesta de la Iglesia en España; más aún, una Fiesta de España misma. El próximo 25 de diciembre, día de la Natividad del Señor, se cumplirán 250 años de la publicación de la Bula “Quantum Ornamenti” del Papa Clemente XIII en la que se proclamaba a la Virgen María, en el Misterio de su Concepción Inmaculada, Patrona de los Reinos de España a uno y a otro lado del Atlántico. El Papa actuaba no de “motu propio”, por propia iniciativa pastoral, sino movido por una súplica del nuevo Rey de España Carlos III. En el acto del juramento ante las Cortes Generales, el 11 de septiembre de 1759, los Procuradores del Reino le habían pedido que solicitase del Papa “el Universal Patronato de Ntra. Sra. en la Inmaculada Concepción en todos los Reinos de España y de Indias”. Sigue leyendo