EL BAUTISMO DEL SEÑOR. El tiempo de la misericordia, de la gracia y del perdón, se ha revelado

Mis queridos hermanos y amigos:

El Señor comienza su vida pública acudiendo a las orillas del río Jordán para que Juan le bautizase: Juan, el profeta de actualidad en aquel Israel donde creyentes piadosos y fieles de la mejor tradición del pueblo elegido presentían la cercana llegada del Mesías. Su palabra ardiente, inflamada por el celo de la gloria del Dios de sus padres y de la salvación de los hijos de Israel, convocaba a un gran movimiento de conversión por el reconocimiento de las culpas y pecados reiterados y agravados en su historia más reciente y por el camino de una penitencia auténtica. Era preciso iniciar un nuevo capitulo de la historia de Israel aceptando una fórmula auténtica de purificación y limpieza del corazón, expresada y profesada en las aguas de aquel río que recordaba el paso definitivo del Israel de la esclavitud de Egipto a la libertad de la tierra prometida. ¡El simbolismo del Bautismo de Juan alcanzaba de este modo la autenticidad de un significado fiel, por una parte, a la memoria de las maravillas con Dios había hecho con el Pueblo y, sobre todo, fiel a su Alianza y a sus Promesas! Sigue leyendo