Carta del Sr. Cardenal Arzobispo de Madrid para la Jornada del DOMUND 2013

Domingo 20 de octubre

«Fe + Caridad = Misión»

 

Mis queridos diocesanos:

«El obispo, suscitando, promoviendo, dirigiendo la obra misionera en su diócesis, con la que forma una sola cosa, hace presente y, por así decir, visible el espíritu y el ardor misionero del pueblo de Dios, de modo que toda la diócesis se convierta en misionera» (Decreto Ad gentes, 38). Con estas palabras, el Concilio Vaticano II nos recuerda a los obispos la preocupación constante que, en nuestra mente y en nuestro corazón de pastores, hemos de tener por custodiar y avivar el espíritu misionero en los fieles que nos han sido encomendados. Y en su Mensaje para este Domund 2013, el Papa Francisco lo subraya con fuerza y de un modo bien concreto, invitando «a los obispos, a los sacerdotes, a los Consejos presbiterales y pastorales, a cada persona y grupo responsable en la Iglesia a dar relieve a la dimensión misionera en los programas pastorales y formativos». Con su invitación, el Santo Padre no hace otra cosa que reavivar el mandato mismo del Señor, su «testamento» a la hora de ascender a los cielos: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación», mandato que es, justamente, la luz y la fuerza que ha inspirado todos los planes diocesanos de pastoral que se han ido realizando a lo largo de estos años, en los que hemos celebrado el III Sínodo Diocesano, la Misión Joven, la misma preparación y desarrollo de la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 y, durante el curso pasado y éste que estamos iniciando, la Misión-Madrid. Sigue leyendo

Acto inaugural de la 22 Reunión del Comité de Enlace Judeo-Católico (ILC)

Muy estimados hermanos y amigos,

Es un gran placer saludar y dar la bienvenida a los participantes en esta 22 reunión del Comité de Enlace Judeo-Católico que se celebra aquí en Madrid. Saludo a su eminencia, el señor cardenal Kurt Koch, presidente de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo y a sus colaboradores, junto con los demás miembros de la delegación internacional católica. También saludo a la señora Betty Ehrenberg, presidenta del Comité Internacional Judío para las Consultas Interreligiosas (IJCIC) y a los rabinos y miembros de la delegación internacional judía. Saludo al señor Ángel Llorente, director general de Cooperación Jurídica Internacional y Relaciones con las Confesiones del Ministerio de Justicia y a la alcaldesa de Madrid, señora Ana Botella, que nos honran con su presencia y a los cuales agradecemos su colaboración para el buen éxito de este encuentro. También deseo saludar con mucho cariño a los que pertenecen a la comunidad judía local, en especial al señor Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España y al rabino Moisés Bendahan. Me alegra también mucho saludar a los obispos y miembros de la delegación católica española y a todos los demás que están presentes en este acto de apertura en el que hay muchas caras conocidas. Deseo dar las gracias a todos los que han colaborado para hacer posible que esta reunión se celebre aquí en España. Sigue leyendo

Palabras de agradecimiento del señor cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal Española al terminar el acto de la Beatificación del Año de la fe.

Señor Cardenal, queridos amigos todos:

Al terminar esta hermosa liturgia, que nos ha emocionado a todos, cumplo con el grato deber de dar las gracias. Gracias a Benedicto XVI que firmó los decretos de muchas causas que han esperado hasta hoy para la beatificación de sus mártires. Gracias al Santo Padre, el papa Francisco que ha firmado los decretos de las últimas causas y que nos ha enviado como representante suyo al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Cardenal Angelo Amato, que con tanto afecto ha seguido en los últimos años el camino de las causas de nuestros mártires. Gracias, señor Cardenal. El Papa Francisco se ha hecho presente entre nosotros también por medio del mensaje televisivo que nos ha dirigido. ¡Muchas gracias, Santo Padre! Guardamos sus palabras en el corazón. Sigue leyendo

MADRID Y LOS MÁRTIRES DE LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA. ANTE LA PRÓXIMA BEATIFICACIÓN DE 522 MÁRTIRES EN TARRAGONA

Mis queridos hermanos y amigos:

El próximo Domingo, día 13 de octubre, al día siguiente de la celebración de la gran Fiesta de la Virgen del Pilar, “Madre de España”, el Delegado del Santo Padre “elevará al honor de los altares” −expresión tradicional en el culto multisecular del pueblo cristiano a sus Santos− a 522 nuevos mártires del siglo XX en España, que se sumarán a los 1001 ya beatificados durante el Pontificado de Juan Pablo II (471 mártires) y de Benedicto XVI (530). Entre ellos, los ya beatificados y los que lo serán el próximo domingo, se encuentra un elevado número que han sido martirizados en Madrid, en la Ciudad y en la Provincia, en los años 1936 y 1937, los más crueles de la persecución religiosa sufridas por la Iglesia diocesana de Madrid. Religiosos de las Órdenes y Congregaciones de más arraigo en la historia y en la vida de la Iglesia y del pueblo madrileño, constituyen, en el número y en la variedad de las familias religiosas a los que pertenecen, el núcleo principal de los mártires madrileños del siglo XX beatificados por la Iglesia. A ellos se añaden religiosas, sacerdotes diocesanos, seminaristas y fieles laicos. ¡Son centenares! Con toda razón histórica y eclesial se puede afirmar que el siglo XX en Madrid ha sido tiempo de martirio: ¡de Iglesia de mártires! Los mártires, entregando la vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los había transformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor con el perdón de sus perseguidores, son la prueba más evidente de la fecunda fidelidad de la Iglesia al Evangelio en un lugar y un tiempo determinado; en nuestro caso, en el Madrid contemporáneo (Cfr. Porta Fidei, 13). Había que haber nacido, crecido y/o vivido en un ambiente eclesial muy enamorado de Cristo y muy empapado del amor fraterno a los hermanos, vecinos y conciudadanos, creyentes o no creyentes, practicantes o no practicantes, para que puestos antes el dilema de renunciar a su vocación de consagrados, de sacerdotes diocesanos o de apóstoles laicos, es decir, puestos ante la disyuntiva de negar a Cristo y de renunciar a su seguimiento… o la muerte, no dudan en su elección: ¡morir por Él! Sigue leyendo