Queridos hermanos y amigos:
Me dirijo personalmente a todos vosotros para invitaros a participar en la solemne Eucaristía y procesión del Corpus Christi que tendrá lugar el domingo, 2 de Junio, a las 19,00 horas ante al fachada de la Catedral.
Lo hago consciente de que vuestra consagración a Cristo es el mejor reflejo de, una vida entregada al Señor que quiso inmolarse a: si mismo para que el mundo viva de su oblación. La vida consagrada tiene una clara dimensión eucaristía en cuanto es una ofrenda radical al Padre por medio de su Hijo y testimonia el orden nuevo. que Cristo ha establecido en su misterio Pascual. Creo, pues, que vuestra. presencia en la solemnidad del Corpus Christi ayudará a comprender la riqueza insondable del amor de Cristo, fecundo sin medida, que ha atraído hacia sí a tantos hombres y mujeres que se le consagran sus vidas como «culto agradable a Dios», según la hermosa expresión de San Pablo.
Os invito, pues, a participar en este acto de la Iglesia diocesana que se celebrará bajo el lema de La Eucaristía, fuente de perdón y de paz. El perdón y la paz son dos signos del Reino de Dios especialmente necesarios en nuestro tiempo marcado por signos dramáticos de odio y violencia. Adorar la Eucaristía lleva consigo el compromiso de servir al Señor como instrumentos de paz y de misericordia. Por ello, la profesión pública de la fe en ese día será sin duda un mensaje para nuestros conciudadanos del que sin duda se servirá el Señor para atraerlos hacia sí.
Con el deseo de compartir nuestra fe y vocación en tomo al altar de Cristo, aprovecho esta ocasión para manifestaros mi profundo afecto en el único Señor de nuestras vidas.
Con mi bendición,