Querido hermano y amigo:
Me dirijo a ti personalmente, como miembro del presbiterio diocesano para invitarte a la celebración de la solemne Eucaristía y Procesión del Corpus Christi que tendrá lugar el domingo 2 de Junio, a las 19,00 horas, ante la fachada de la Catedral.
Bajo el lema La Eucaristía, fuente de perdón y de paz, somos invitados este año a celebrar el misterio Pascual de Cristo, inmolado por nuestros pecados y para nuestra reconciliación. Paz y perdón son dos palabras que necesitan hoy llenarse de su verdadero sentido, el que nace de la conversión a Dios y del amor que Cristo ha manifestado en su propia entrega. No podemos olvidar, además, que los sacerdotes, ordenados para la Eucaristía, somos artífices de la paz y ministros de la Reconciliación. Por ello, será un signo elocuente de nuestra vocación y misión participar en la solemne concelebración eucarística y en la procesión con las que públicamente manifestamos qué somos en el Pueblo de Dios y cuál es nuestro imprescindible ministerio.
Ya sé que las obligaciones pastorales de un sacerdote en domingo son muchas. Te animo, sin embargo, a que organices tu trabajo de forma que puedas participar también en este acto de la Iglesia diocesana de forma que se manifieste claramente la unidad y comunión que nace de la Eucaristía y que no tiene más finalidad que la de ofrecer la vida a los hombres
Aprovecho esta ocasión para manifestarte mis sentimientos de honda estima y afecto en el Señor que, con su llamada, nos ha hecho participar en su único sacerdocio
Con mi afecto y bendición,