Mis queridos hermanos y amigos sacerdotes:
La experiencia de los encuentros sacerdotales, con motivo de la Visita Pastoral, me brinda la oportunidad de conocer mis de cerca los numerosos y diferentes dones con los que el Señor ha enriquecido nuestro Presbiterio Y doy gracias a Dios, todos los días, por vosotros.
He podido comprobar en ellos, como el Arciprestazgo constituye ordinariamente un espacio muy importante, en el que se vive y construye la comunión del Presbiterio, la fraternidad sacerdotal, se cuida y vive la espiritualidad del sacerdote diocesano y la ayuda mutua en el diario trabajo pastoral Invito, pues, a todos a una participación asidua a estas reuniones, a enriquecerlas cada día mas y a dedicarlas el tic1npo necesario.
Todo ello es un motivo especialmente actual para la configuración de la Misa Crismal del presente año litúrgico como el momento central donde aparece manifiesta ante toda la Comunidad Diocesana la íntima relación sacramental de comunión filial entre el Obispo Diocesano, Obispos Auxiliares y sus Presbíteros, que nace del mismo sacerdocio de Jesucristo, en el que participan con distintos grados, para el bien de todo el Pueblo de Dios. Aunque por razones pastorales, que están en la mente de todos, adelantemos en Madrid su celebración, la proximidad real a la Liturgia de la Cena del Señor en el Jueves Santo nos invita a vivirla como el momento anual más significativo para la renovación de la fidelidad a nuestra vocación sacerdotal y a los compromisos contraídos el día de nuestra ordenación El «Haced esto en memoria mía» de la Primera Eucaristía nos resuena con nuevo vigor espiritual, como la llamada y mandato primero del Señor para acrecentar el sentido y el gozo de nuestra existencia sacerdotal y de nuestro servicio pastoral a la Iglesia y a nuestros hermanos.
Renovemos en esta Eucaristía la fidelidad y la entrega al Padre y a los hombres. Hagámoslo identificados más plenamente con Jesucristo; pidiéndole a El que sepamos vivir la unidad de nuestro sacerdocio por medio de la incorporación de toda nuestra vida a] Sacrificio de su Único y Eterno Sacerdocio: ¡Que se haga verdad el que «todos sean uno» de Su oración Sacerdotal en nosotros porque de nuevo nos unimos con todo el compromiso de nuestra existencia a su Oblación en la Cruz!
Como en altos anteriores, la Misa Crismal será el Lunes Santo, día 6 de Abril, a las 18’00 horas, en la Santa Iglesia Catedral.
Me agradaría la presencia de todos, los sacerdotes, seculares y religiosos, y la mayor parte posible de los fieles. Invitad, por favor, a vuestros feligreses.
Con todo afecto, os saluda y bendice,