Queridos hermanos y amigos sacerdotes:
Estamos de nuevo a las puertas del 10 de mayo, fiesta de nuestro patrono y maestro S. Juan de Ávila y, como siempre, os invito a vivir juntos la jornada, a concelebrar la Eucaristía, a abrirnos a sus, escritos sacerdotales y a detenernos, especialmente, en sus reiteradas llamadas a la santidad de vida y a la oración. Su segunda plática para clérigos que invito a leer con detenimiento, tiene el siguiente título: «El sacerdote debe ser santo, porque tiene por oficio orar»
A las puertas del Sínodo Diocesano sentimos la urgencia de una súplica constante para que el Señor nos ilumine, recordando que «Este negocio más se hace con gemidos que con palabras» como él decía. Por su intercesión, pedimos al Señor el don de la santidad y el don de las oraciones para todos nosotros.
Lo pediremos de manera especial por los sesenta y ocho miembros del presbiterio que celebran este año Bodas de Oro y por los veinticuatro que cumplen Bodas de Plata Y nos uniremos a su acción de gracias a Dios por tantos años de entrega y servicio al Evangelio en los. que, sin duda, encontraréis fallos, pero en los que la presencia y la gracia, de Cristo se ha derramado en abundancia por vuestro medio en la comunidad cristiana.
El programa del día se iniciará a las 11,30 horas con una conferencia en la que el sacerdote D. Antonio Bravo Tisner desarrollará el tema: La exigencia de espiritualidad, un signo de los tiempos (Novo Millenio Ineunte, 33). En el mismo acto, habrá entrega de obsequios. A las 13,30 horas concelebraremos la Eucaristía para concluir con la comida y sobremesa fraterna a las 14,00 horas.
Los actos se celebrarán en el Seminario Conciliar, calle S. Buenaventura 9, Madrid.
Agradecería la presencia de todos los miembros del presbiterio, aunque sea necesario prescindir de otros compromisos.
Con todo mi afecto y mi bendición,