Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Os escribo de nuevo en estos días históricos de la vida de la Iglesia. Benedicto XVI sigue sirviendo de todo corazón a la Iglesia entregado a la oración, y nos ha animado a orar especialmente por el nuevo Pontífice. Os animo a seguir pidiendo, queridos diocesanos, como os señalaba en mi carta anterior, por Benedicto XVI, para que el Señor le conforte y sostenga, le consuele e ilumine y haga fecundos todos los trabajos, plegarias y sufrimientos en favor de su santa Iglesia.
Haciéndome eco de sus palabras, deseo recalcar de forma singular en estos momentos la petición por el nuevo Pontífice. Es tiempo de oración y de plegaria por el futuro Santo Padre; tiempo de penitencia, por el tiempo litúrgico de Cuaresma en el que nos encontramos; y siempre, tiempo de desagravio y esperanza, porque nos preparamos para las solemnes celebraciones de la Semana Santa que concluye con la muerte redentora de Nuestro Señor en la Cruz y la alegría de su Resurrección.
Estos acontecimientos le otorgan a la Misión-Madrid, que estamos llevando a cabo durante el curso 2012-2013 en nuestra ciudad, una dimensión nueva. Dentro de los actos previstos por la Misión-Madrid está el solemne Via Crucis que se celebrará en la Puerta del Sol de Madrid el próximo Viernes de Dolores, día 22 de marzo de 2013, a las 18.30 horas, como preparación inmediata para la Semana Santa.
Deseo que, al igual que sucedió con la celebración de la JMJ 2011, este Via Crucis tenga abundantes frutos espirituales y que sirva a los madrileños en especial, y a todos los que se animen a vivirlo, para profundizar en la Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, por medio del arte y la tradición de nuestras imágenes de las Cofradías e iglesias madrileñas, verdaderos altares en la calle y de nuestro modo de sentir y vivir la fe.
Este Vía Crucis de la Misión-Madrid contará con pasos de la Semana Santa madrileña que son tesoros del patrimonio de nuestra Archidiócesis. Agradezco de antemano la generosidad y disponibilidad de todas las Cofradías y Hermandades, y de sus miembros, en la celebración de este Via Crucis que este año tendrá un profundo sentido de unión con el Vicario de Cristo.
Y por último, animo a los sacerdotes y laicos de Madrid, al pueblo fiel, a los miembros de la vida consagrada y a todos nuestros visitantes, a participar en este Via Crucis, pidiendo, a través de Nuestra Señora de la Almudena, que el Espíritu Santo suscite en todos, por medio de la contemplación de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, un afán evangelizador renovado, henchido del amor de Cristo por todos los que sufren en estos momentos tan críticos de nuestra sociedad, y un sentido profundo de comunión con la Iglesia y sus pastores; y de forma singular con el Sucesor de Pedro.
Con todo afecto y con mi bendición,