Con hondo dolor, el Cardenal de Madrid vuelve a manifestar a todos que el terrorismo, en cualquiera de sus manifestaciones, no es camino para satisfacer ningún tipo de demandas o reivindicaciones. Las terribles circunstancias de este atentado, en el que el asesino de José María Martín Carpena lo persiguió y lo disparó mortalmente ante la presencia de su mujer y su hija, no hacen sino mostrar con mayor rotundidad la barbarie inhumana de quienes así actúan.
El Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, y con él sus Obispos Auxiliares, piden a Dios, Señor único de la vida, por el eterno descanso de José María Martín Carpena, y para que conforte en estos momentos de tan profundo dolor a su mujer y a su hija, a sus seres queridos, a sus compañeros en el Ayuntamiento de Málaga, y a sus amigos, al mismo tiempo que elevan su oración a favor de la paz y de la conversión del corazón de quienes tanto desprecian la vida y la dignidad de la persona humana.