Catequesis desde la Casa de España de Río de Janeiro – 25-07-13
Infomadrid. 25-07-2013.- El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, impartió ayer, en la Casa de España de Río de Janeiro, una catequesis, en la que tuvo un recuerdo especial a las víctimas del accidente de tren de Santiago de Compostela.
En su intervención, hizo alusión al comienzo de los actos de la JMJ Río 2013 con el Papa Francisco.“Hoy es un día de mucha alegría para todos, pero para los españoles es un día muy triste, porque ayer por la noche ha ocurrido un accidente de tren en Santiago de Compostela, en la víspera de la fiesta del Apóstol Santiago, Patrono de España, a la entrada de la ciudad”.
Recordó que él había sido arzobispo de Santiago durante 18 años, y que ahora era » arzobispo de Madrid. Sé que entre las familias que iban en el tren hay muchas familias de Madrid. Un sacerdote de Madrid ha muerto”. A pesar de todo, afirmó que “no hay ninguna desgracia de este mundo que pueda superar la certeza de la alegría de Jesucristo resucitado. Y hay que contar con estas cosas para después saber cómo vivir la alegría en este mundo”.
Tras el rezo de un Padre Nuestro por las víctimas de la tragedia, continuó su catequesis hablando de Santiago Apóstol, explicando que “es Patrono de España, pero muy querido en todos los países de Latinoamérica. Por ejemplo, los que son de la República Dominicana saben que su capital está muy relacionada con Santiago”. “Santiago Apóstol, dijo, es el primer evangelizador de España, y sin él tampoco se explica la fe de los latinoamericanos. Nos alegramos por eso, y nos entristecemos por lo que ha ocurrido”.
En alusión al tema de la catequesis, «Discípulos del Señor de Cristo”, recordó que el primer discípulo fue Santiago, que “vive la experiencia de Jesús cuando es crucificado, precediendo lo que iba a ser después la gloria del resucitado”. “Es un apóstol que muere mártir, da la sangre por el Señor”. “En la tradición española de la historia de la Iglesia decimos, y lo afirmamos, que vino a España, y predicó el Evangelio”. “Convirtió nuestra tierra en tierra de cristianos, seguidores de Cristo, discípulos del Señor. Y regresó con el éxito logrado de haber conseguido que el Evangelio prendiese en el corazón de aquellos habitantes de la Hispania romana. Después de muerto, sus discípulos mandaron a España su cadáver, a Santiago de Compostela, donde está enterrado en la Catedral. Siempre ha habido gente que ha discutido y negado la verdad histórica de ese hecho. Se han hecho grandes investigaciones científicas desde el siglo XIX hasta el presente. En el XVI escondieron las reliquias por miedo a ataques de corsarios que profanasen las reliquias del apóstol”, afirmó.
En referencia a la JMJ, señaló que “comienza de nuevo la gran peregrinación a Santiago, que tiene un momento culminante en una JMJ del año 89, que un servidor tuvo la responsabilidad de organizar desde Santiago. Los jóvenes del mundo comenzaron a conocer de nuevo a Santiago, y desde entonces no han cesado de peregrinar hasta la tumba del apóstol”. “Estoy seguro de que estos días el Camino de Santiago y la ciudad de Santiago está poblado de peregrinos jóvenes, también de América, de muchos países. Este es el ejemplo de un discípulo, esto es ser discípulo del Señor: reconocer que uno tiene que aprender”.
También se pronunció sobre lo que le cuesta a los hombres reconocer que ellos solos no se bastan a sí mismos, porque “los hombres han alcanzado tal grado de conocimiento de la naturaleza, de la realidad, que son capaces de volar, y podemos hacer un tren rapidísimo que circula a 300km. También hemos descubierto la energía atómica, con la cual se hace maravillas, pero también se hacen bombas que los hombres arrojan sobre otros hombres.” Por eso, alertó de que “igual que se puede manipular la técnica, se puede manipular el nacimiento de un niño o de una niña, ¿para qué?»
A juicio del cardenal Rouco, “el hombre se ha revelado, ha hecho mal uso del saber, de toda esta capacidad de conocer la realidad, de vivirla, y ha tenido que hacerse Él mismo hombre para amarnos y para guiarnos, Ése era Jesús. Ahora tenemos que escucharle, oírle a través de la palabra que nos ha dejado, en la Eucaristía, y dejarnos iluminar por la palabra de Dios”. Porque “ser discípulo es escuchar, pero no sólo con la inteligencia sino con la libertad”.
Finalmente, animó a “vivir con la libertad del corazón todo lo que uno es, estar dispuestos a seguirle. Entonces, el mundo cambia. Esta es la lección que nos dio el apóstol Santiago”.
Los jóvenes que asistieron a la catequesis del Cardenal eran de Argentina, Perú, Venezuela, República Dominicana, Uruguay y Colombia, además de españoles.