Carta a todos los niños de Madrid con motivo de la Jornada de la Infancia Misionera

Domingo, 26 de enero de 2014

“Los niños ayudan a los niños”

Mis queridos niños y niñas:

Infancia Misionera es una de las cuatro grandes obras que la Iglesia tiene para ayudar a los misioneros, y para mí, que soy el arzobispo de la Iglesia en Madrid, la celebración de la Jornada Mundial de la Infancia Misionera, el próximo domingo 26 de enero, es una preciosa oportunidad para dirigirme a todos vosotros, los niños de nuestra archidiócesis, y recordaros que no dejéis de rezar por los niños que viven en tierras de misión, en países lejanos, y también por tantos niños que están cerca de vosotros y que no conocen a Jesús, o se han olvidado de Él, para que todos le conozcan, cada día más y mejor, y sobre todo le quieran.

Sé que, en muchos colegios y parroquias, se os explica bien que hay todavía muchos niños en el mundo que no saben nada de Jesús, de la Virgen María, o de la Iglesia. Y muchos de los que lo conocen no tienen la posibilidad de ir a Misa cada semana, o no tienen Catecismos o Biblias para poder ir a catequesis y aprender bien a ser cristianos. Infancia Misionera tiene el encargo del Papa de ayudar a todos esos niños, a través de los misioneros, para que ellos también puedan amar a Jesús y seguirle con alegría. Esta Obra Pontificia sabe que vosotros, los niños y niñas cristianos que tenéis facilidad para vivir vuestra fe en las familias, los colegios y las parroquias, podéis hacer mucho por todos ellos, lo cual está muy bien resumido en el lema elegido por Infancia Misionera para la Jornada de este año 2014: «Los niños ayudan a los niños». Sí, todos vosotros podéis ser una grandísima ayuda para todos esos niños que no conocen todavía a Jesús, o tienen dificultades para vivir como buenos cristianos. Y podéis empezar por algo muy sencillo, y muy eficaz, como es la oración. Si cada uno de vosotros se compromete a rezar un Avemaría o un Padrenuestro cada día por ellos, estaréis siendo un gran apoyo para los misioneros que están extendidos por todo el mundo para llevarles a Jesús. Más aún, estaréis siendo ya vosotros mismos verdaderos misioneros. ¡Fíjate qué fácil! Una breve y sencilla oración, hecha con perseverancia, puede ser una gran ayuda.

Es verdad que también se os pide una limosna, aunque sea pequeña, pero siendo siempre grande el amor con que lo hacéis: ser capaces de renunciar a un capricho pensando que así podréis ayudar a que los misioneros mantengan tantas obras de caridad, de educación, de sanidad, de formación para todos esos niños, y sus familias. Alguno puede pensar que es una minucia, pero cuando todos ponemos un poquito, ¡hacemos grandes cosas!

«Los niños ayudan a los niños». Así tiene que ser, y el primero que nos lo enseña es el mismo Jesús. Él es el primero que ayuda, y lo hace de tal modo que no hay ni un instante en que no nos ayude, a todos y a cada uno, con nuestro propio nombre. ¡Él siempre está con nosotros! Así se lo dijo el Papa Francisco a los niños de las escuelas de los jesuitas de Italia y Albania, que se encontraron con él en Roma, el pasado 7 de junio: «¡Amad cada vez más a Jesucristo! Él está cerca de cada uno de vosotros como compañero, como amigo, que os sabe ayudar y comprender, os alienta en los momentos difíciles y nunca os abandona». Jesús, sí, es el primero en ayudar, y siempre tenemos que aprender de Él. Y Él es el primer misionero. Debéis entender bien que el lema de la Jornada de la Infancia Misionera de este año es un recordatorio de que vosotros, los niños de Madrid, sois también misioneros sin necesidad de iros a países lejanos, porque en realidad estaréis allí, pues los misioneros por los que rezáis os llevan en su corazón; y los acompañaréis en todas sus ocupaciones y trabajos. Y sois misioneros también porque en Madrid, en nuestros pueblos y barrios, os preocupáis de vuestros compañeros y amigos que se han olvidado de Jesús. ¿Es así? Seguro que vais a ser una gran ayuda para que descubran la alegría de ser amigos de Jesús.

Para terminar, quiero deciros en esta oportunidad que nos da este Día de la Infancia Misionera, que me da mucha alegría que Jesús pueda contar con vosotros para ser verdaderos misioneros suyos y llevar a los demás niños la Buena Noticia de que Él es nuestro Amigo y está siempre con nosotros. Y le pido, con la intercesión la Virgen, Nuestra Señora de la Almudena, que os bendiga a todos vosotros, y también a vuestras familias, y a vuestros amigos. Y vosotros rezad también por mí al Señor.

Con un beso para todos, recibid mi bendición,