Querido Santo Padre:
Un grupo muy numeroso de jóvenes religiosas, representando a otras muchas de dentro y fuera de España, os acogen en la Lonja y en el Patio de los Reyes del Real Monasterio de El Escorial con la gratitud gozosa de unas hijas que desde la clausura de sus monasterios de vida contemplativa o de sus casas de vida activa se consagran a Dios para el servicio de la Iglesia. En su oración diaria por el Padre Común, el Sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia Universal, ponen un especial y entrañable acento, apreciando el regalo de este encuentro con Su Santidad como un gesto delicadísimo de su paternidad para con ellas. Sigue leyendo