Iglesia de Los Jerónimos, 25.I.2002; 13’00 horas
(Rom 8, 31.b-35; Juan 19, 25-27)
Queridos hermanos y hermanas en el Señor:
La Palabra de Dios acaba de ser proclamada con la fuerza de la verdad y del consuelo que le son propios. Es la palabra de quien creó la vida y no ama la muerte, el Dios de la eternidad y de la historia, el Dios para quien todos los hombres viven. Nuestro Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para El todos están vivos. Sigue leyendo