Iglesia Colegiata de San Isidro, 15.5.1998, 12 h.
(Hech. 4,32-35; Sant. 5,7-8.11.16-17; Jo 151,1-7)
Mis queridos hermanos Obispos y Presbíteros concelebrantes
Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades
Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:
LA SANTIDAD: VOCACION DE LA IGLESIA Y VOCACION DEL HOMBRE
«La fe confiesa que la Iglesia… no puede dejar de ser santa. En efecto, Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espíritu se proclama ‘el solo Santo’, amó a su Iglesia como a su esposa. El se entregó por ella para santificarla (cf. Ef. 5, 35-36), la unió a sí mismo como su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Sigue leyendo