Mis queridos padres y familiares de los misioneros y misioneras madrileños:
Os escribo estas líneas, como en años anteriores ante la celebración de la Jornada que para nosotros siempre será “Madrid con sus misioneros”, después de hacerlo con ellos, en un mismo espíritu de comunión, sabiéndonos miembros de la misma familia diocesana, para, junto con vosotros, darle gracias al Señor por el don precioso de la vocación misionera de vuestros hijos, hermanos y familiares, y expresarles a ellos nuestro cariño y cercanía, al mismo tiempo que nuestra gratitud y nuestro aliento. Sigue leyendo