Intervención pronunciada en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

LA CONSTITUCIÓN DE 1812, EN LA PERSPECTIVA DE LA LIBERTAD DE LA IGLESIA Y DE LA LIBERTAD RELIGIOSA

Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Madrid, 2 de noviembre de 2010; 19’00 horas

I. EL “SITIO EN LA VIDA” DE LA CUESTIÓN PLANTEADA

1. La Constitución de Cádiz del 19 de marzo de 1812, aprobada en esa fecha por las Cortes del Reino, reunidas y sitiadas en la Isla de León, convocadas por la Regencia en circunstancias dramáticas, nace para la historia, después de dos años de laboriosos y apasionados debates, en uno de los momentos más críticos para la supervivencia política y, sobre todo cultural y espiritual de España. Los rasgos que caracterizan la situación general del pueblo y de la sociedad española en esos años de la Guerra de la independencia (1818-1814), años de conmoción y exaltación patriótica, decisivos para el futuro de España, son bien conocidos: el Reino en su territorio –llamado pronto territorio nacional– invadido y ocupado por un ejército extranjero, que profana y expolia los lugares sagrados brutalmente incluidos los más queridos y venerados por la piedad popular de los españoles; una dinastía extraña les es impuesta, la de la familia del usurpador; el pueblo herido en lo más profundo de sus tradiciones religiosas, morales, culturales y políticas se alza en armas, animado y guiado por sus dirigentes espirituales más próximos y más entrañables: religiosos, sacerdotes, Obispos…; incluso algunos, de ellos, muy famosos, se ponen a la cabeza del levantamiento armado y de “las guerrillas”. Sigue leyendo

Discurso en el Acto de Investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos

EL DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA

Su nueva actualidad

Universidad de Burgos. Burgos,

20 de abril de 2007; 12 horas

Magnífico Señor Rector y Claustro Académico,
Excelentísimo Señor Arzobispo de Burgos,
Señoras y Señores:

Permítanme que mis primeras palabras sean de sincera gratitud al Magnífico Señor Rector y al Claustro Académico de esta joven y pujante Universidad, y especialmente al de su Facultad de Derecho, por el honor que me dispensan de acogerme en la comunidad universitaria como Doctor honoris causa. Sigue leyendo