Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Con nuestra alma aún conmovida y anonadada por las imágenes dantescas de la inmensa masacre humana, producto de las fuerzas desatadas del mal y del pecado, que ayer sufrió el pueblo americano y la humanidad entera, nos reunimos hoy la comunidad cristiana de Madrid amparados en el poder de Jesucristo, el único capaz de destruir el pecado y la muerte. Sigue leyendo