Mis queridos hermanos y amigos:
El Santo Padre acaba de regalarnos una Carta Apostólica bellísima. Podría extrañar el uso de este adjetivo para calificar un documento doctrinal del Magisterio del Papa. Sin embargo, cuando las enseñanzas contenidas en el mismo rezuman verdad y bien y están expresadas con un estilo literario tan trasparente y fluido, ¿cuál otro le podría cuadrar mejor? Sigue leyendo