Queridos hermanos y amigos:
Las fiestas cercanas de Pascua me invitan a dirigirme como cada año a todos los miembros del Presbiterio diocesano para exhortaros a vivir con la profundidad que debemos el misterio del sacerdocio de Cristo del cual participamos por pura gracia y misericordia del Señor. Nuestro ser sacerdotal sólo puede comprenderse adecuadamente desde Cristo que pasó al Padre por medio de su entrega sacrificial en la que aparece al mismo tiempo como Sacerdote y Víctima. Sigue leyendo