No manipular al hombre

Mis queridos hermanos y amigos:

Mis queridos jóvenes:

Está a punto de acabarse el curso y de que den comienzo vuestras vacaciones. Ha sido éste, y está siendo, un año singular: para los cristianos y, aún, para toda la humanidad. Es el Año Dos Mil «de la Encarnación y Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo». Año de Gran Jubileo: de la esperanza gozosa y de la renovación honda de nuestra alegría, nacida del manantial fresco e inagotable del perdón, de la reconciliación y del amor infinito de Dios Padre que nos lo ha dado en su Hijo, Jesucristo, por el don suavísimo y transformador de su Espíritu. ¡Un Año verdaderamente de Júbilo! Sigue leyendo