Entrevista al Cardenal en el diario La Razón

ANTONIO MARÍA ROUCO VARELA / Cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal

La Navidad es un tiempo litúrgico fuerte. Para el cardenal arzobispo de Madrid, también lo es en lo pastoral. Don Antonio recibe a LA RAZÓN, tras su regreso de la cárcel de Soto del Real para acompañar a quienes pasan estas fiestas cumpliendo condena. Una visita durante la que además bautizó, dio la comunión y confirmó a dos presos. Es éste uno de los actos previos a la gran fiesta de la familia cristiana que presidirá el domingo con una celebración multitudinaria en la Plaza de Colón.
Si fuera médico, ¿qué diagnóstico haría de la familia en España?
El diagnóstico es preocupante, en nuestro país y en toda Europa. Casi podríamos extender el campo de observación a lo que se llamaba antes “el mundo libre”, e incluso a esos países que vienen del comunismo en el centro y este de Europa. La categoría de amor fiel es objeto de unas críticas teóricas y víctima de unos comportamientos prácticos que hacen perecer a la familia en muchísimos casos. El hecho de los matrimonios rotos ha alcanzado unas dimensiones que afectan a lo que podríamos llamar el nervio moral de la sociedad. Si no se vive la fidelidad en el matrimonio, la familia queda herida y no es posible pensar en que haya fuerzas para que funcionen en su seno la lealtad, la solidaridad, la justicia…  Sigue leyendo

HOMILÍA del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Madrid en la Fiesta de las Familias Domingo de la Sagrada Familia

Plaza de Colón, 29.XII.2013; 12’00 horas

(Eclo 3,2-6.12-14; Sal 83, 2-3. 5-6. 9-10; 1º Jn 3,1-2. 21-24; Lc 2,41-52)

 

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor, queridas Familias:

1. Hoy, Fiesta de la Sagrada Familia, es día para anunciar de nuevo al mundo el Evangelio de la alegría: ¡la alegría del Evangelio de la Familia! La alegría del amor que ha madurado en la fidelidad del esposo a la esposa y de la esposa al esposo veinticinco, cincuenta y más años. La alegría del primer amor que surge en los corazones jóvenes como una primera llama que se enciende interiormente a través de la mirada y del conocimiento mutuo, que traen su causa de un amor más grande de Alguien que trasciende al novio y a la novia: ¡como una vocación que viene de Dios! La alegría del amor matrimonial entre el esposo y la esposa llega a su máxima expresión cuando fructifica en el esplendor de los hijos, si ninguna causa inculpable lo imposibilita. ¡Qué bien y que hermosamente canta el Salmista ese amor fecundo de los esposos que se aman generosamente!: “Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa” (Sal 127, 3). ¡Sí, hoy es el día para proclamar y testimoniar con gozo la alegría de la Familia como lugar privilegiado para el anuncio del Evangelio a todas las naciones! Nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nos ha invitado a emprender la nueva etapa evangelizadora de la Iglesia marcándola con el sello de la alegría que brota de las entrañas mismas del Evangelio, porque “con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG, 1) −nos dice−. Y no cabe ninguna duda: a ese Evangelio de la alegría, que es Jesucristo, pertenece como nota esencial la Buena Noticia de la Familia: ¡de la familia cristiana! Aquí, en la madrileña Plaza de Colón, os encontráis hoy, de nuevo un año más, numerosas familias venidas de Madrid, de toda España y de distintos puntos de Europa, fieles, valientes e incansables. Habéis venido unidas. Un

Rouco Varela: «El Papa Francisco es un gran estímulo para superar todas las rémoras». Entrevista con el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal en ABC

El cardenal Antonio María Rouco Varela está en plena forma. A sus 77 años, los mismos que el Papa Francisco, sigue dispuesto a librar desde la primera fila la batalla en favor de la familia. El próximo domingo, día 29, presidirá por séptimo año consecutivo la Misa de la Familia Cristiana en la plaza de Colón. Con este motivo, el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal ha recibido a ABC en su casa.

-¿Qué razones tiene la Iglesia para convocar la Misa de las Familias?

-Se ha hecho una costumbre pastoral como una forma especialmente festiva de la celebración del Domingo de la Sagrada Familia. La razón de fondo que la explica es la de proclamar públicamente la alegría del Evangelio de la familia ante la sociedad en un espacio abierto a todos. Ese fue el motivo pastoral que dio lugar al nacimiento de la iniciativa y es el que la sigue manteniendo actual en España y con una clara proyección europea. Sigue leyendo

EN CAMINO HACIA LA NAVIDAD: “FIESTA DE GOZO Y SALVACIÓN” Camino de alegría esperada y compartida

Mis queridos hermanos y amigos:

Al final del camino litúrgico y espiritual del Adviento hay una meta que brilla con creciente luminosidad para los que lo viven en la comunión de la Iglesia: acoger al Señor ¡al Hijo de Dios! que nos va a nacer de nuevo en la hora histórica en la que nos encontramos. No se trata de una venida radicalmente nueva de un Dios desconocido destinada para unos pocos −¡un grupo de selectos!− dotados de cualidades intelectuales y morales excepcionales. ¡No! Quien viene es el que ha venido ya hace dos mil años, el Hijo del Altísimo que concibió en su seno una doncella de Nazareth, la Inmaculada Virgen María, y que nació en Belén de Judá a donde se había desplazado con su esposo José de la estirpe de David para empadronarse según lo mandado por el Emperador de Roma, César Augusto. Él, Jesús, el recién nacido, era “el Dios con nosotros” para aquel momento de la historia de la humanidad y para siempre: ¡hasta el final de los siglos! El destino del hombre se decide desde entonces en si sabe recibirle, abrirle las puertas de su alma y dejarse acompañar por Él en todo el curso de su existencia y en todos los aspectos de la misma. Su “compañía” significa la luz para conocer la verdad −toda la verdad sobre Dios y sobre el hombre−, la fuerza espiritual para afrontar las amenazas del mal con la esperanza gozosa de la victoria sobre el pecado en todas sus manifestaciones y sobre la muerte, y el amor que nos saca de nuestro egoísta autocentrismo y nos hacen arder en el mismo ardor que le inflama a Él al hacerse uno de nosotros y al dar la vida por nosotros. En una palabra, su venida y su compañía entrañan el don del Espíritu Santo: “la persona-Amor” en el Misterio de la Santísima Trinidad. Lo que aconteció en Nazareth de Galilea y en Belén de Judá aquellos días trascendentales para la historia de la familia humana era el inicio irreversible y victorioso de una época nueva para el hombre y su futuro: ¡la época de la salvación!, ¡la época de la promesa y de la conseguida realización de la verdadera alegría que nadie podrá arrebatar ya al hombre que se convierte a Él y le acoge! También para nosotros, los hombres y la sociedad de hoy. También para Madrid y los madrileños que se afanan entre dificultades, problemas de los más variados, temores e incertidumbres y entre esperanzas y expectativas de vivir una nueva Navidad en el seno de sus familias como Fiesta de gozo y de salvación.  Sigue leyendo