En el Domingo de Resurrección
Mis queridos hermanos y amigos:
En este nuevo Domingo de Pascua celebramos una vez más la victoria de Jesús, que es también nuestra victoria. Celebración siempre antigua -sucedió hace ya más de dos mil años- y siempre nueva, siempre floreciendo con una inmarchitable frescura, como si tuviese lugar por primera vez, hoy mismo, en este domingo glorioso de la Resurrección del año 2005. Sigue leyendo