Una Navidad Santa es siempre una Navidad Feliz

Mis queridos hermanos y amigos:

¡Santa y feliz Navidad! En la medianoche cuando las horas del nuevo día comenzaban a sonar nacía de nuevo Jesús ¡el Mesías, el Señor! Nacía para nosotros: para la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo. Fue un “nacimiento” singular. Hondamente espiritual, incluso, “místico”; pero acontecido realmente en el bellísimo marco de una celebración litúrgica, modelada por muchos siglos de fe y piedad profundamente cristianas ¡Lo que había ocurrido hace dos mil años en Belén de Judá, y que el Evangelista San Lucas narra con tanto primor y ternura, se hizo actualidad para nosotros hijos e hijas de la Iglesia del año 2011 y, con nosotros, para toda la familia humana! Se cumplían las promesas y profecías del viejo Pueblo de Israel. El Pueblo elegido desde todos los siglos para preparar su venida. ¡Nos nacía el Salvador! Sigue leyendo

A todos los párrocos, rectores de Iglesias, sacerdotes, dirigentes de asociaciones y movimientos apostólicos, directores de colegios y centros de enseñanza, instituciones de vida consagrada y a todos los fieles laicos.

Mis queridos diocesanos:

Un año más las fiestas de navidad nos invitan a la alegría de la Salvación que nos trae Jesucristo, el Hijo de Dios e Hijo de María. Su nacimiento en el seno de una familia nos ayuda a valorara esta instituciones establecida por Dios en el mismo acto de la creación del hombre y de la mujer, llamados a ser una sola carne ya colaborar con Dios en la procreación de nuevos seres humanos. Al nacer en una familia, el Hijo de Dios la santificó de modo especial y la convirtió en el lugar idóneo donde el hombre s amado por si mismo y respetado como criatura de Dios e Hijo suyo. Por ello, como venimos haciendo en años anteriores, queremos dar gracias a Dios por el donde la familia y festejarlo en una solemne celebración eucarística, que tendrá lugar el mismo día de la Sagrada Familia, 30 de diciembre. Sigue leyendo

Felicitación del Cardenal a los Misioneros

Mis queridos misioneros y misioneras:

¡Feliz Navidad! Es éste un momento muy especial para la Iglesia, y en definitiva para toda la Humanidad.  Lo es sin duda para cada uno de nosotros. Celebramos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, y sé que, para cada uno de vosotros, los misioneros que estáis predicando con vuestra palabra y con vuestra vida que Cristo está vivo, es también un momento de profundo agradecimiento al Señor por vuestra vocación y vuestro trabajo apostólico. Yo me uno a vosotros y a vuestra acción de gracias a Dios por el don de la vocación misionera y por la oportunidad que Dios os está concediendo para que muchos otros hermanos nuestros puedan vivir con alegría la celebración del nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios y de María Virgen.  Sigue leyendo

Felicitación del Cardenal a los Familiares de los misioneros y misioneras

Mis queridos familiares de misioneros y misioneras:

Cuando faltan ya muy pocos días para el 25 de diciembre, todos nos disponemos a celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, y hemos de hacerlo con un corazón abierto para recibirle, como lo hicieron María y José, y los sencillos pastores de Belén.

Cada año, por estas fechas, os escribo, y no es para mí una obligación más, sino un momento de gracia, como pastor de la Iglesia diocesana de Madrid. No quiero dejar de recordaros y haceros llegar mi cariñoso saludo a todos los que tenéis un familiar en las misiones: un hijo, un hermano, un nieto, un sobrino, una persona cercana en vuestra familia. Con esta carta, quiero compartir con vosotros la experiencia de tener un ser querido lejos por causa del Evangelio. ¿Cómo podría yo olvidarme de nuestros misioneros? Ellos son una gracia de Dios para toda la Iglesia diocesana, lo es para mí y lo es, sin duda, para vosotros de un modo muy especial. Sigue leyendo

Discurso Inaugural XCVIII Asamblea Plenaria de la CEE

Queridos Hermanos Cardenales, Arzobispos y Obispos,

Señor Nuncio,
colaboradores de esta Casa,
señores y señoras:

La Asamblea Plenaria de nuestra Conferencia Episcopal comienza hoy, según el calendario previsto, su nonagésima octava reunión ordinaria. Al tiempo que agradezco a nuestro Señor que podamos encontrarnos una vez más para ayudarnos en nuestro servicio al Pueblo de Dios, doy a todos los Hermanos obispos la más cordial bienvenida y saludo con todo afecto a quienes nos acompañan en esta sesión inaugural.

Deseo comenzar notando que se encuentra por primera vez entre nosotros el señor obispo de Huesca y de Jaca, Mons. D. Julián Ruiz Martorell, consagrado el día 5 de marzo en la catedral oscense; y también el señor obispo de Tarazona, Mons. D. Eusebio Hernández Sola, consagrado el 19 de marzo en Veruela. Para ellos nuestra más cordial enhorabuena y nuestras oraciones. Mons. D. Rafael Zornoza Boy ha tomado posesión de la diócesis de Cádiz-Ceuta el pasado día 22 de octubre. Encomendamos al Señor la nueva misión que le ha sido confiada. En las manos del Padre de las misericordias y de todo consuelo ponemos el alma de los dos Hermanos que han muerto en estos meses: el obispo, emérito, de Guadix, Mons. D. Juan García-Santacruz Ortiz, fallecido el 12 de marzo, y el arzobispo, emérito, de Valencia, cardenal D. Agustín García-Gasco Vicente, fallecido el 1 de mayo en Roma. Descansen en paz Sigue leyendo

TESTIGOS DEL AMOR DE JESUCRISTO: ¡LA BUENA NOTICIA! El amor al hombre: el amor al hermano

Mis queridos hermanos y amigos:

El gran acontecimiento eclesial de la JMJ.2011 en Madrid fue también, en sí mismo, un impresionante testimonio de Jesucristo: de su verdad, de sus promesas, de su amor. En una emocionante y plena expresión de la comunión de la Iglesia, presidida por el Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo, los jóvenes peregrinos del mundo entero reconocieron públicamente a Jesucristo como el Redentor del hombre, “el Hijo amado” en el que Dios todopoderoso y eterno quiso “fundar todas las cosas” y librarlas de “la esclavitud del pecado”. En el Himno de la Jornada, le aclamaron como su “Hermano”, su “Amigo”, su “Señor” manifestándole su amor con el ¡“Gloria siempre a Él”! con el que culminaba su canto. El Papa en “su meditación” al finalizar el Vía Crucis del viernes por el Paseo de Recoletos les había exhortado a mirar a Cristo “colgado en el áspero madero” de la Cruz. En ella, les dice, “reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace”. Y añade: “esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo”. Sigue leyendo

HOMILÍA del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Madrid en la Solemnidad de Ntra. Sra. La Real de La Almudena

HOMILÍA del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Madrid

en la Solemnidad de Ntra. Sra. La Real de La Almudena

Plaza Mayor, 9.XI.2011, 11,00h.

(Za 2,14-17; Sal. Jdt 13,18bcde 19 (R.:15,9d); Ap 21,3-5ª; Jn 19,25-27)

 

Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:

El día de la Patrona de Madrid, Nuestra Señora de La Almudena, nos invita un nuevo año a hacer memoria agradecida de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, por la especial protección y cercanía maternal con la que ha acompañado desde tiempo inmemorial a los hijos e hijas de Madrid; sin fallarles nunca, ni en los tiempos y horas de bonanza, ni en los momentos y en la coyunturas más difíciles y dramáticas. Esa es la experiencia de los madrileños de todos los tiempos: de cada madrileño y de sus familias; pero, también, de la propia ciudad y del pueblo de Madrid. En los momentos más cruciales de su historia allí ha estado Ella ofreciendo y asegurando su amparo maternal. Basta recordar lo acontecido en 1645, cuando graves inundaciones amenazaban angustiosamente a la población; el recurso a Santa María de La Almudena fue decisivo. Así lo reconocieron los Regidores de la Villa el 8 de septiembre del año siguiente, 1646, haciendo el Voto solemne de celebrar anualmente su Fiesta: “Esta Villa −rezaba el acuerdo municipal− vota la asistencia a la festividad de Nuestra Señora de La Almudena… perpetuamente para siempre jamás, esperando que este servicio le será muy agradable a la Virgen Santísima… y para el bien público de esta Villa”. Voto mantenido hasta el día de hoy a pesar y a través de las variadísimas y contradictorias vicisitudes por las que atravesó la Capital del Reino y de las interrupciones que sufrió. Pero es, sobre todo, la Iglesia Diocesana de Madrid la que está llamada a hacer esa memoria con un acento del todo propio y singular, porque de la Archidiócesis de Madrid −de sus pastores y fieles− la Santísima Virgen de La Almudena sí es Madre en un sentido inigualable como Madre de Jesucristo y Madre de la Iglesia. Nuestra Archidiócesis, de muy joven historia, ha experimentado su maternidad espiritual desde su creación en 1885 con una intensidad creciente en frutos de gracia y de santidad. La historia de los Santos de Madrid de los siglos XIX y XX es sencillamente prodigiosa. La lista de los santos y beatos −hombres y mujeres, sacerdotes, consagrados y laicos, mártires, confesores y vírgenes− que enriquecen nuestro santoral ha ido creciendo en la misma medida como nuestra Comunidad Diocesana iba practicando cada vez más una profunda y tierna devoción hacia la que sería declarada su Patrona por S.S. Pablo VI el 1 de junio de 1977: Nuestra Señora de La Almudena. “Almudena” será el nombre que recibirá un numero cada vez mayor de niñas madrileñas en el día de su Bautismo. Sigue leyendo

La Iglesia contigo, con todos

Carta del Día de la Iglesia Diocesana

 

La Iglesia contigo, con todos

 

Queridos diocesanos: EI próximo 13 de noviembre, domingo, celebraremos la Jornada de la Iglesia Diocesana con el lema La Iglesia contigo, con todos. Desde los comienzos del Cristianismo la Iglesia ha vivido junto a los hombres, a quienes ha sido destinada. La palabra parroquia significa precisamente -casa junto a otras porque la Iglesia se entendió a si misma como la Casa de Dios situada junto a las casas de los hombres. En las asambleas litúrgicas todos ten fan cabida, como atestigua la carta de Santiago, dando siempre predilección a los pobres y necesitados y evitando la acepción de personas. EI apóstol san Pablo comprende su propio misterio como un hacerse «todo con todos para ganar a toda costa a algunos» (I Cor 9,22). y el precioso documento de la Carta a Diogneto presenta a los cristianos viviendo en las mismas ciudades que el resto de los hombres, asistiendo a las mismas escuelas, comprando en los mismos mercados, aunque -eso sí- Ilevando una vida muy distinta de los paganos en razón de su fe, nacida de la muerte y resurrección de Cristo. Sigue leyendo

Con María, siempre SI

CON MARÍA, SIEMPRE .

Madrid, 7 de octubre de 2011

Mis queridos hermanos sacerdotes:

La solemnidad de Nuestra Señora de la Almudena, que cada año nos convoca el 9 de Noviembre, debe ayudarnos a vivir la vida cristiana al estilo de María, que siempre dijo sí a la voluntad del Padre. Desde la Anunciación a Pentecostés, la vocación de María, Sierva obediente de Dios, ha sido cumplir la voluntad de Dios, según el modelo de su Hijo Jesucristo. En el corazón de María no hay reserva alguna para hacer sólo y todo lo que Dios quiere. El fiat que dio paso a la encarnación del Hijo de Dios en sus entrañas de Virgen no concluyó en Nazaret, sino que se prolongó, con una fe sólida y probada, a lo largo de su vida, y de modo especialmente heroico al pie de la cruz. Sigue leyendo

AMAR A LA IGLESIA, para amar a Jesucristo

AMAR A LA IGLESIA,

para amar a Jesucristo

 

Mis queridos hermanos y amigos:

 En el nuevo curso pastoral, que hemos iniciado ya, la necesidad espiritual de recoger la gracia extraordinaria de la JMJ-Madrid 2011, y de procurar que fructifique, nos lleva a mirar a la Iglesia con amor y vivir en ella amándola, como una condición indispensable parar acertar plenamente con el conocimiento y el camino para poder encontrarse con el Señor. El Santo Padre les decía a los jóvenes en la Homilía de “Cuatro Vientos” con hermosas palabras: “Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor”. La Iglesia no es el mero resultado de la acción humana o fruto de iniciativas de los hombres en un momento determinado de la historia. La Iglesia es de Cristo: es su Esposa y su Cuerpo, el instrumento o a modo de signo o sacramento que Él ha querido instituir para unir a los hombres con Dios y entre sí por la vía que lleva a la salvación. Glosando el texto de San Mateo, donde se relata la conocida escena de Cesarea de Filipo, cuando Jesús pregunta a los Apóstoles quien dice la gente que es Él (Mt. 16, 15-20), comenta el Papa: “Sí, la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como <su> Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia como no se puede separar la cabeza del cuerpo (cf. 1 Cor. 12,12). La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. El está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza”. No se puede pues amar a Cristo, Cabeza de la Iglesia, sino se ama a la Iglesia, su Cuerpo. En la JMJ 2011 en Madrid se pudo constatar con una belleza emocionante y singular el amor de los jóvenes a la Iglesia, manifestado con un entusiasmo contagioso y jubiloso en sus expresiones de amor al Papa. En Él, veían a aquel que, por su ministerio de Pastor de la Iglesia Universal −de todos los Pastores y de todos los fieles−, representaba visiblemente a Jesucristo como Cabeza de la Iglesia: a Jesucristo que es el Hermano, el Amigo, el Señor, ¡el Salvador! En el ambiente de una maravillosa y gozosa experiencia de “la Comunión de la Iglesia” los jóvenes vivieron con auténtica y fervorosa entrega su amor al Señor. La Iglesia es comunión visible de los que viven en la fe, en la esperanza y en el amor de Cristo. Comunión, por tanto, de los santos y de los que están en el camino de la santidad por la conversión y la penitencia. Comunión en y de “las cosas santas”, confiadas al ministerio de los Apóstoles encabezados por Pedro cuyo oficio pervive y sigue actuando en su Sucesor, el Obispo de Roma. La promesa de Jesús no falla: “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. “Las cosas santas” son la Palabra, los Sacramentos, los Mandatos y la Misión recibidas del Señor; su oración y la forma de la alabanza y de la adoración al Padre en el Espíritu Santo. La comunión eclesial culmina con la mesa eucarística del altar: en la comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.  Sigue leyendo