En el comienzo del próximo curso: Una nueva esperanza

Mis queridos hermanos y amigos:

Cualquier comienzo en la vida de las personas y de la sociedad, aun cuando se trate de un comenzar previsto y periódicamente determinado como, por ejemplo, el inicio del curso escolar, supone para el cristiano una nueva oportunidad para la esperanza: una nueva esperanza. Y no solamente porque el futuro siempre es de Dios. En el debate teológico entre cristianismo y marxismo en los años sesenta y setenta se llegó, incluso, a acuñar la expresión, más o menos acertada, de «Dios como el futuro absoluto». Sigue leyendo