Mis queridos hermanos y amigos:
Hoy, el último domingo de Adviento, a pocos días de la Fiesta de la Natividad del Señor, la Iglesia confiesa, contempla y adora el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y suplica que el Señor derrame su gracia sobre nosotros para que los que hemos conocido su Encarnación por el anuncio del Angel «seamos llevados por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección». Sigue leyendo