Una llamada a la contemplación y a la misión en el Domingo de la Santísima Trinidad

“Edificad sobre roca”

Mis queridos hermanos y amigos:

Concluido el tiempo  litúrgico de la Pascua con la celebración del Misterio de Pentecostés, la Iglesia eleva los ojos del alma en el siguiente Domingo de la Santísima Trinidad -hoy- a Aquel que es “la fonte que mana y corre aunque es de noche” -que cantaría tan sublimemente San Juan de la Cruz-, al Misterio de Dios mismo, Uno y Trino, que se nos ha revelado en Jesucristo y por Jesucristo con el envío del Espíritu Santo en toda su insondable hondura: hondura de verdad, de vida, y de amor, inagotable e infinito, ¡de belleza sin ocaso! “Su origen no lo sé -insistiría el Maestro de la mejor mística cristiana en la historia moderna de la Iglesia- pues no lo tiene, más sé que todo origen de ella viene, aunque es de noche”. Sigue leyendo