En el panorama preocupante de la sociedad española del verano del 2001

Las soluciones de Dios

Mis queridos hermanos y amigos:

Avanzado ya el verano, la crónica diaria no deja de sorprendernos con noticias que nos alarman, preocupan y llenan de dolor: el paisaje humano de las vacaciones de España y, también, de Madrid, se cubre de sombras que nos recuerdan la persistencia de ciertos problemas que afectan gravemente a nuestra sociedad: el terrorismo de ETA, Sigue leyendo

Santiago Apóstol, patrono de España

Mis queridos hermanos y amigos:

La celebración de Santiago Apóstol, día de precepto para los católicos, –aunque lamentablemente continúa siendo laborable en la mayoría de las comunidades autónomas– ha sido fiesta grande en España a lo largo de muchos siglos, prácticamente de todo el segundo milenio que acaba de expirar. Era y es la Fiesta de su Santo Patrono, su “cabeza refulgente, defensor y protector familiar” como reza el antiguo himno litúrgico. Sigue leyendo

El Papa un Don del Señor a su Iglesia

Mis queridos hermanos y amigos:

De nuevo hacemos hoy memoria del Papa en este domingo, el siguiente a la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, con el estilo propio de los cristianos, de los hijos de la Iglesia: orando por él de forma especialmente explicitada y vivida en todas las celebraciones litúrgicas de este día, acogiendo lo que hemos acordado los Obispos españoles recientemente. Sigue leyendo

San Juan Bautista o el celo por la verdad y la ley de Dios

Mis queridos hermanos y amigos:

La coincidencia en este año de la Solemnidad de San Juan Bautista con un domingo se presenta como algo especialmente providencial. Es verdad que en este día litúrgico se destaca como aspecto central de la celebración el nacimiento de aquel de quien Jesús dijo: «no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista». Sigue leyendo

En la solemnidad de la Santísima Trinidad

La oración de alabanza, de acción de gracias y de contemplación : una urgencia vital para la Iglesia


Mis queridos hermanos y amigos:

La solemnidad de la Santísima Trinidad nos vuelve a poner delante de nuestros ojos -de la mirada del alma-, después de concluido el tiempo litúrgico de la Pascua, el Misterio del Dios que nos ha salvado y nos salva: del Dios verdadero -Padre, Hijo y Espíritu Santo—, Uno y Trino. Sigue leyendo

A propósito de la XXXVIII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

El Resucitado es  «Buen Pastor»: Hoy y siempre

Mis queridos hermanos y amigos:

Jesucristo Resucitado es «Buen Pastor». El Buen Pastor, del que Jesús habla con ternura tan desconcertante para los oídos de todos los que entonces y ahora se acobardan o se asustan cuando Él abre al hombre la inmensidad del amor de Dios, es Él mismo, Resucitado, que cuida y vela por «los suyos», «por sus ovejas» —por su Iglesia—. Sigue leyendo

En el 1 de mayo de 2001. Fiesta de San José Obrero

Testigos del amor en el mundo del trabajo

Mis queridos hermanos y amigos:

El 1 de mayo, día del Trabajo no ha perdido ni vigencia ni urgencia con el paso del siglo XX al siglo XXI. No la ha perdido en sí mismo y en su significado social, ni la ha perdido para la Iglesia ni para los cristianos. El Santo Padre no vacilará en recordarnos en su Carta Apostólica “Al comienzo de Nuevo Milenio”, evocando su encuentro con los Trabajadores el 1º de mayo pasado en el Año Jubilar, Sigue leyendo

A propósito de la XXXV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

«Pregonadlo desde la azotea»

Mis queridos hermanos y amigos:

¡Pregonad el Evangelio desde las azoteas! Ese es el mandato de Jesús a sus primeros discípulos (cfr. Mt 10, 27): «Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día; y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la azotea». «La Buena Noticia», que ha de ser pregonada por todos los discípulos de Jesús ha culminado en el acontecimiento que celebra la Iglesia de forma solemnísima en las Fiestas de la Pascua de Resurrección: ¡Jesucristo ha resucitado verdaderamente! Sigue leyendo

¡Felices Pascual de Resurrección!

«Resucito de veras mi amor y mi esperanza»

Mis queridos hermanos y amigos:

El Señor ha resucitado verdaderamente. Es la noticia del día. El acontecimiento no es registrable como muchos de los que llenarían los teletipos, las páginas Web de Internet, las pantallas de televisión y los micrófonos de la radio. Y, sin embargo, no es menos real. Diríamos, incluso, que tiene lugar en un nivel de realidad más profundo y más decisivo; y, por supuesto, más rico en consecuencias para la vida y el destino de los hombres de este año 2001, que miran al futuro entre dudas, interrogantes y no demasiadas certezas respecto a las grandes cuestiones que les afectan inexorablemente. Sigue leyendo