Queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Con el primer Domingo de Adviento comenzamos una vez más, en nuestra vida y en comunión con la Iglesia universal, un nuevo año litúrgico. A lo largo del ciclo anual de celebraciones seguiremos los pasos de Cristo Jesús, desde la espera de su venida hasta la Navidad y, desde su ministerio y vida, la Pascua, su pasión, muerte y resurrección hasta contemplarlo nuevamente, al final del año que ahora empezamos, como Rey del universo y Señor de nuestra propia historia. Durante el ciclo litúrgico, la celebración de los misterios de la salvación va configurando a toda la Iglesia con Jesucristo, el Salvador, y nos va identificando progresivamente con Él. Sigue leyendo